miércoles, 13 de mayo de 2009

Musas Argentinas


Susana Villalba (1957-)


Sé que mi petición es precipitada


yo

yo y mi yo

y mi cuerpo fuimos a esa fiesta

yo bailé

hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo

mi betty boop mi reina descalza

mi nombre es yoni.meri yo también

fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa

estás mojada no sé no hemos sido presentados

sumergidos suma de noche estera estambres estaba aterrorizada

profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco

su espalda fuerte trepaba mi caída infimos funestos café

piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo

las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido

cómo explicarte hubiese cupido calendario

perdida en los andenes al día siguiente mi sombra caía del piso 29

olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes

lloraba no llegan porque los hombres etcétera

él era despiadado todo un hombre quemado de belleza

mi cuerpo gemía como un gato y lo envidié pero yo nunca

me meto en sus asuntos

dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno

yo hubiera declarado desplegado y estrenado un novio

hubiese dicho a mis amigas entrado en algún bar hubiese

hubiese vino que me matarahabráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza

ay corazón si te fueras de madre

siempre la pena entra la pena y la nada

mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en

la mesasobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba

belladonada

me en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra

del deseo era lacan en mi escritorio

ah para su estudio de análisis oh para sus análisis

acababa de ver

mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía

ay corazón si supieras ser látigo y dormir.


Patricia Damiano


dentellada

sacra, ríe la señora en domingo

de jade el labio

fortaleza de cientos

tu fracaso

gris la tarde, autora del sol

porfía la maderatu orfandad

bajo el roble

en invierno

maleza de aquel hombre tardío, éste,

conquista que en tu inicio

supo morirel miedo canta

sangre diera el silencio

útera palabra

a tu negada

luz

la serpiente

en la hoguera

que no supo Juana, mártir en armas

sin la daga que

fue

salto

el cerro desconocido

hubo el durazno no

el oro

si pirámide la sonrisa

de tu lengua frágil

lealtad

púrpura de cientos

hubo el oro no

el durazno

si el mirlo vuela, humillado mármol

bajo las ojivas juego ajedrez, perpetua blanca

mi comida

tu arreo

la imposible daga

cae el rey

vuela la torre

un alfil traiciona este cerro

que salto

inútil árbol

adiós

pequeño trebejo, arco azul

todos sabemos

que han sido los juegos

de una noche

sin Byron


Olga Appiani (1949-)

Me pensaron sombra, espejo…”


Me pensaron sombra, espejo,

copia de copias aprobadas...

Pero tengo este capricho de sol

entre las manos,

esta sed que tantos no conocen,

este terco titilar tan escondido...

Y resisto como el árbol,

la piedra, la simiente tenaz bajo la tierra,

con mi loco cascabel en la garganta

y el ala en gestación

sobre los huesos...

Soy la voz callada tanto tiempo,

la vela que alumbró

en el silencio

y estalla al fin sus soles sumergidos...

No soy sombra de sueños permitidos

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