martes, 26 de mayo de 2009

Inocente


Arianna Bañuelos Zetina


No es la noche de tu llanto, ni el muro contra la poesía
una sombra que devenga dicha de verdad.
No es la hoja un mutismo; vaivén extasiado;
silencio de dos cuerpos viajeros al cauce de su encuentro.
- Al fin la palabra comprendió
que el horror de la civilización fue una noche de fuego sometido;
y cuando impávidas nos dejamos caer, dejándonos vencer,
el amor pidió al inocente silencio, volver.
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Tus ojos purifican cuando caen, si acaso callasen a(l) volver.

Hyndra

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