Arianna Bañuelos Zetina
No es la noche de tu llanto, ni el muro contra la poesía
una sombra que devenga dicha de verdad.
No es la hoja un mutismo; vaivén extasiado;
silencio de dos cuerpos viajeros al cauce de su encuentro.
- Al fin la palabra comprendió
que el horror de la civilización fue una noche de fuego sometido;
y cuando impávidas nos dejamos caer, dejándonos vencer,
el amor pidió al inocente silencio, volver.
una sombra que devenga dicha de verdad.
No es la hoja un mutismo; vaivén extasiado;
silencio de dos cuerpos viajeros al cauce de su encuentro.
- Al fin la palabra comprendió
que el horror de la civilización fue una noche de fuego sometido;
y cuando impávidas nos dejamos caer, dejándonos vencer,
el amor pidió al inocente silencio, volver.
.
.
Tus ojos purifican cuando caen, si acaso callasen a(l) volver.
Tus ojos purifican cuando caen, si acaso callasen a(l) volver.
Hyndra
No hay comentarios:
Publicar un comentario