Susana Villalba (1957-)
Sé que mi petición es precipitada
yo
yo y mi yo
y mi cuerpo fuimos a esa fiesta
yo bailé
hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo
mi betty boop mi reina descalza
mi nombre es yoni.meri yo también
fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa
estás mojada no sé no hemos sido presentados
sumergidos suma de noche estera estambres estaba aterrorizada
profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco
su espalda fuerte trepaba mi caída infimos funestos café
piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo
las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido
cómo explicarte hubiese cupido calendario
perdida en los andenes al día siguiente mi sombra caía del piso 29
olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes
lloraba no llegan porque los hombres etcétera
él era despiadado todo un hombre quemado de belleza
mi cuerpo gemía como un gato y lo envidié pero yo nunca
me meto en sus asuntos
dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno
yo hubiera declarado desplegado y estrenado un novio
hubiese dicho a mis amigas entrado en algún bar hubiese
hubiese vino que me matarahabráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza
ay corazón si te fueras de madre
siempre la pena entra la pena y la nada
mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en
la mesasobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba
belladonada
me en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra
del deseo era lacan en mi escritorio
ah para su estudio de análisis oh para sus análisis
acababa de ver
mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía
ay corazón si supieras ser látigo y dormir.
Patricia Damiano
dentellada
sacra, ríe la señora en domingo
de jade el labio
fortaleza de cientos
tu fracaso
gris la tarde, autora del sol
porfía la maderatu orfandad
bajo el roble
en invierno
maleza de aquel hombre tardío, éste,
conquista que en tu inicio
supo morirel miedo canta
sangre diera el silencio
útera palabra
a tu negada
luz
la serpiente
en la hoguera
que no supo Juana, mártir en armas
sin la daga que
fue
salto
el cerro desconocido
hubo el durazno no
el oro
si pirámide la sonrisa
de tu lengua frágil
lealtad
púrpura de cientos
hubo el oro no
el durazno
si el mirlo vuela, humillado mármol
bajo las ojivas juego ajedrez, perpetua blanca
mi comida
tu arreo
la imposible daga
cae el rey
vuela la torre
un alfil traiciona este cerro
que salto
inútil árbol
adiós
pequeño trebejo, arco azul
todos sabemos
que han sido los juegos
de una noche
sin Byron
Olga Appiani (1949-)
Me pensaron sombra, espejo…”
Me pensaron sombra, espejo,
copia de copias aprobadas...
Pero tengo este capricho de sol
entre las manos,
esta sed que tantos no conocen,
este terco titilar tan escondido...
Y resisto como el árbol,
la piedra, la simiente tenaz bajo la tierra,
con mi loco cascabel en la garganta
y el ala en gestación
sobre los huesos...
Soy la voz callada tanto tiempo,
la vela que alumbró
en el silencio
y estalla al fin sus soles sumergidos...
No soy sombra de sueños permitidos