jueves, 22 de mayo de 2008

te he nombrado

¿Por qué sin buscarme te hallo en cada cosa?
No he nombrado lluvia y mis manos son como
goteras destiladas, escurridizos ojos
viendo al fondo de las aguas; una
imagen que me asusta: -no soy polvo
ni acostumbro a nombrarme-.

¿Cómo contener agua sin vaciarme?
¿Cómo ser remolino sin descenso,
(sin tener una escalera para

bajar al otro lado)?
¿Qué hay de mí que tiemblo?


No he nombrado viento y soy veleta,
tropiezo a cada paso como obelisco
infrahumano, impalpable como sueño
de quimera, una espera resignada.

¿Cómo ser inteligible y escribir pausadamente?
No he nombrado pasos y arraso con las sombras
sin poderme desprender.
Quiero ser la fuga,
la huida que alcanza al mundo
con la sed en la garganta.
Quiero ser gemido que exija al cielo
un fin a las preguntas sin respuesta.

¿Cómo recuperar los eslabones
sin pérdida de tiempo?

No he nombrado desnudez y el hombre
ya me había vestido con delirio,
yo misma me había tejido tantas veces
que me alcanzó el desgarre de los años.
Me he caído contigo, de ti, sigo cayendo
en este barril sin fondo. No hay sosiego
ni manos que levantar, ni oídos que escuchar
(porque todos estamos muertos).

Dime cómo te nombro si muestro un cuerpo desnudo
con heridas que abren constantemente sus abismos.
Dime cómo te nombro si las tinieblas me han robado
el aliento…………………………………………………………………..

Me hallo en este silencio sin bordes
al pie del laberinto. Me he rendido
en lo que alguna vez consideré mis
genios (mueren mis inventos
cuando se marchita el halo de mi cuerpo).
Me he secado las raíces de mis sueños para
hundir mis últimos suspiros.

No he dejado de ser espejo
para pertenecer al curso natural.
Me llama y vuelvo a su llamado.

Te he nombrado: cour d’ eau
(curso de agua)

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