miércoles, 9 de diciembre de 2009

Días de influenza



El virus H1N1 viene siendo una prueba de experimentación humana. Una especie de artimaña bien calculada, similar a una carrera con decoraciones: “sobrevivirán los más obedientes”. Primero te ponen en cuarentena. Mi madre vio con sus pequeños ojos el reflejo de bicho raro con cubre bocas; con todo, no le ha quedado de otra más que separar los cubiertos, comprar frutas y verduras, preparar caldos y otras cosas. Es irónico; llevo 2 semanas así, y apenas hoy me dieron las pruebas. Todo estaba en un papelucho que decía: “positivo”.

Me desespera lo alarmista que pueda sonar la enfermedad.  En gran parte, los medios de comunicación se han encargado de difundir una noticia en calidad de desventaja para los enfermos: "Van tantos muertos". Mi mamá creyó que en verdad podría morirme, mi papá quería hospitalizarme. Todo es muy confuso. . Las palabras del doctor sonaban también confusas: El Tamiflú no te hizo nada. Vamos a probar otra cosa. Y así me han traído. Me siento cansada. MI mente escapa por momentos y ya quisiera estar en la playa. En lo personal, esta es una prueba de vida. Esto me ha permitido acercarme más a Dios. En una ocasión le pregunté si esto de las enfermedades actuales, era producto de una conspiración gigantesca, a lo que me respondió, que todo tiene un plan personal. Quizás de fe, perseverancia y templanza (cosas que no poseo).

El aburrimiento es la cosa más desesperante. Hay que buscar cómo matar el tiempo. Me compré un par de libros; el último de Bendetti, que es bueno contra el ocio, pero ya lo acabé esta tarde. Luego me llegó un par de ejemplares de La Línea del Cosmonauta 11, que he leído con mucho cuidado. Me salto la parte donde veo mi nombre: no estoy acostumbrada a leerme en revistas. Mi tía me compró otro libro que me dará mañana; algo así como “Bailando con los lobos”. No sé muy bien. Todo lo demás es acostarme y ver las telarañas del techo, los pliegues de la pintura, etc. Después de un rato, uno zappea la televisión; nunca hay nada interesante. Estoy esperando que den las 8pm para ver Dr. House.

Otros ratos pienso en el mundo. Mi mamá está alarmada porque entre otras cosas, he pensado de una vez por todas dejar mi trabajo. “Esta niña, me va salir con que se quiere ir a África" Pues sí, de repente pienso en mis pobres niños al otro lado del mundo y se me hace el corazón chiquito. Uno aquí sufriendo de un virus que tiene remedio, y ellos con otros 20 virus manipulados y mortales. Eso sin tomar en cuenta las escasas posibilidades económicas. Sin dinero, uno no se puede mover de su sitio. Es lamentable, pero en ocasiones, el dinero compra la vida.

También pienso en la gente que no ha querido sanar. Los psicópatas renuncian a recibir tratamiento. Hoy escuché de un caso parecido y me puse triste. Cuando uno mantiene un lazo emocional, quisiera que las personas se comportaran como uno desea (por egoísmo quizás); pero a veces, las cosas no resultan así. Yo estoy luchando, mientras alguien al otro lado del mundo ha renunciado a todo. Lo cierto es que además de la enfermedad, nuestras almas están unidas. Vaya cosa, el mundo como decía Friedman es plano, horizontal y virtual. Será que la historia de la humanidad llega a su fin; y todos al cabo, tenemos las mismas preocupaciones: los debates cuerpo-alma; mortalidad-eternidad. Me pregunto si, en medio de la guerra,  podremos escuchar los vestigios del alma, las pequeñas cosas que darán sanación.

Estoy segura que la batlla espiritual está ganando en este terreno. Muy sabias las palabras: después de la lluvia, viene la calma.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Fons et. origo 14

Días de influenza




No me ha quedado de otra más que recostarme en la cama de un sueño ligero. He enfermado tres o cuatro veces al año. Esto me hace pensar que mi cuerpo está débil o que algo anda mal con mis defensas. Me he alimentado bien. He dormido de más. ¿Qué andará mal? Pregunta ingenua. Me viene una sensación a desfallecer, no por culpa de mi cuerpo. Siento a mi alma contrita, llorando. Vivir en la inercia es el peor pecado. Y así, he estado deambulando un tiempo.

He querido renunciar muchas veces a un trabajo que no deseo (he llegado casi a odiarlo por fastidio). He querido darme un tiempo para pensar en mis verdaderos sueños. He querido vestir mi cuerpo con una armadura nueva. He querido ver el amanecer con una sonrisa en la cara y otras lágrimas a mi costado. He querido tan sólo las pequeñas cosas. He querido tomar el agua de sorbo. He querido no tener miedo. He querido buscar al Dios que guardaba en la repisa de un sofá y que ahora me llama tiernamente. He querido que Dios fuera un amigo, para decirle las cosas que temo y aquellas por las cuales tengo mis pies doblegados. He querido decirle que tengo un alma al otro lado, y hoy me despertó con esta melodía:

tengo en la memoria un paisaje perfecto, lleno de montañas, un cielo azul, arboles enormes (algunos de algodón), nubes de colores con estrellas estampadas, melodías de risas y llanto en el viento, un aeropuerto, una librería, recién construidas (por todos los avionazos producto de mi distracción y otros cuentos de ficción)…Una voz de ángel que ilumina mis sentidos, y una mirada que cautiva hasta al ser más alejado del alma.

He querido decirle que anhelo paz. Pero lo que tengo, renuncio a causa de un dolor que no soporto. Mis demonios me siguen. Es tiempo de decirles basta. He querido tan sólo despertarme en almohadas de seda. Despedirme de una vida que arrastra mis infiernos. He querido renovarme, he querido detenerme a llorar por última vez. He querido renunciar a todo. Hasta el confín de mis arrugas…

viernes, 4 de diciembre de 2009

Sentencia preliminar

Puede ser este día, bifurcando en la tinta de un cielo tan azul, que decida enterrarme, siete siglos y siete combates.


Puede ser que me deje morir y las olas mañana, me despierten siendo un hombre.

Hyndra.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Fons et. origo 13




Me ha envejecido el sol. Has tocado mi espalda y he vuelto por el mismo rumbo: una pequeña escuadrilla de mármol. Llévame a la tierra. Llévame al corazón más íntimo del sol donde pueda calentar mis manos. Mi amante lejos, mi hogar perdido, mi sueño truncado. Mírame y dime si ves los ojos de una niña que apenas corría entusiasmada por perseguir una escalera. Mira si el sueño de princesas ha quedado exclusivo a la burguesita aquella de caireles y piel bronceada. Dime qué clase de ensueño, qué encabronamiento toca el suelo y enajena con bruces mi espalda contra tu cuerpo. Dime qué clase de juego es que estemos trabajando y no hagamos nada más que mirar el tiempo. La verdad  que todo es polvo. Dime qué es la realidad sino el sueño mismo de toparnos con la misma piedra y vestirnos de reflejos.


Me ha rejuvenecido el tiempo. Deseaba que me amaras. Deseaba todo menos sexo. Que nos viéramos un momento y sonriéramos a través de los espejos que dicen conocernos. Has salvado un día de tanto sufrimiento. “Ven y busquemos oro”. “Ven y busquemos una monedita” “Mi hijo es todo”. Se me olvidó decirte que busco la inocencia en lo más recóndito. Cuando pienso en incorporarme ya estoy vertiendo un vuelo. Cualquiera pues, desde un ínfimo hilo que conectará nuestras vidas. Ya verás. Bienvenida a mis ojos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

fons et. origo 12




Sueños de niña

¿Quisiera saber si alguien ha vuelto de la oficina sintiendo claustrofobia? Y si, el café, en cualquiera de sus tamaños, ha provocado ataques de sueño, hasta el punto de ver a la gente transformarse en  diminutísimos caracoles?





Cuando tenía 10 años ya había planeado mi vida. Me propuse un viaje astral en el asiento 10A de mi propio avión. Trabajaría para la CIA o cualquier agencia secreta parecida al Mossad. Del mismo modo, imaginaba el día de mi boda. Me casaría con vestido rojo ¿Por qué no? Si en Asia solían casarse de rojo; es un color más bonito y llamativo. Mi novio hubiera sido un príncipe extraño (nótese las facciones metrosexuales: alto, delgado, artista, deportista, intelectual, sexy, bailarín). Después tendría un labrador negro con ojos azules y una moto deportiva que corriera a mil kilómetros por hora. Lo extraño de todo esto es que las cosas parecían alcanzables de cualquier modo (nótese que llevaba al mismo tiempo el perro, la moto y el novio a mis viajes de negocios).

Lo cierto es que conocí al príncipe extraño, pero nunca me casé con él (ese fue mi primer intento de amor). Después tuve una motoneta que no corre más que a 30 kilómetros por hora (y ahora está descompuesta). Trabajo para HP (ojalá fuera una agencia secreta, pero creo que la marca es más comercial que otra cosa). Lo único que me falta es el labrador negro de ojos azules. ¿Quién me lo regala? Por cierto que todavía deseo una boda con vestido rojo. Aunque no me casara, sería mi sueño guajiro. La novia viste de rojo (excelente cliché).

A lo que voy con todo esto, es que el café hace sentir claustrofobia, hasta el punto de regresar con nostalgia a los sueños más primitivos; de ahí se parte todo. Por ejemplo, he descubierto que sigo queriendo salvar al mundo, pero no lo haré (por supuesto), a través de una agencia de mafias. Quizás dentro de poco diga: las cosas son más fáciles de lo que uno piensa. No se requiere ir a Marte para salvar la humanidad (Ni es necesario, ni es humanamente posible). No es posible tener un novio de esas características que no sea gay (por experiencia lo digo), como tampoco es posible portar un vestido rojo en una boda religiosa. Por eso es que no tengo novio, ni deseo casarme. Después resultó más fácil encontrar mujeres sexy's,  intelectuales, bellas y deportistas. Me falta una fiesta de vestidos rojos y listo. He realizado mi sueño.

martes, 24 de noviembre de 2009

Fons et. origo 11

Retrocesos

Soñé contigo. Ya tiene un año que te mandé a volar (estas fechas me recuerdan el aniversario). Me levanté empapada en sudor y lágrimas. No te he olvidado (eso nunca).  Aunque tampoco nunca te dejaré de amar. Aprenderé una forma sublime para desprender las lágrimas; las heridas que sangran a ratos y sienten el peso inncesario. Perdonaré mi cobardía; no sé qué clase de artimaña corta la comunicación de tajo: "dicen que la distancia y el olvido". En mis sueños te siento cerca y el olvido duele más. No eres la clase de persona que uno suele recordar a ratos. Fuiste un episodio lento y aquí sigo alimentando a nuestras hijas. Quisiera que cesaran mis gritos interiores. Tengo muchas imágenes plegadas…Te extraño a morir.

Lo siento mucho. Siento todo el peso. Todo el cuerpo. Me pesa un kilogramo de plumas (todas las del océano), todas las olas que nadamos en los coralillos de peces dorados. Aún, me hace falta tu voz para llorar las pérdidas. Hay días que te escucho detrás de mis paredes y siento tus latidos conversando. Te veo caminando en la arena (eras una niña con tu sonrisa etérea). Extraño los consejos de tu padre; la espontaneidad de tu hermana; la vanidad de tu madre. Perdí un hogar y no recuerdo cómo traerlo de vuelta. Tengo fragmentos de vida y un telegrama que dice: "No me olvides".




jueves, 12 de noviembre de 2009

Fons et. origo 10


Fuera de lugar

Tengo una sensibilidad de Marte. Mi nombre es: Hyndra, Houston Miller, Ananuk. Tengo tres ranas sin color. Todo el tinte se lo llevó su madre (osea yo). Las nubes que veo son todo menos grises. El unicornio de mi hermana Molusco es morado con cuerno blanco. Un día lo vimos bajar de las estrellas. Lo esperamos desde las 10am acostadas en el pasto. Lentamente se formaron las conflagraciones. Los duendes del Enano también son pequeñitos y chistosones. La tierra que nos fue heredada: “Far far away”.

Vivimos en carne propia el deshielo de Groenlandia. Peregrinamos a Far Far Away, y ese discurso elocuente... Molusco quería su Príncipe Azul, Ananuk quería salvar a África. El Enano soñaba con volar o ser hermoso cisne. Nunca aterricé (por fortuna me acompañan otros 2 tesoros). Ahora no tengo ojos para nadie más. Tengo miedo que alguien me vea con “sospechosismo”. ¿Qué estará haciendo? Vaho. Me enamoré de Papa. La distancia entre el amor terrenal y eterno se dispersa. No es la primera vez que amo. Pero las primeras dos veces fueron eternas. Aquí me desgarro por el cuerpo. Me vuelvo tan desdichada cuando tengo, soy, estoy. ¿Quién oye un sonido de sirena semejante…?

Lo siento, estoy llorando. Papa, recuerda que me conociste queriendo salvar al mundo. Y ahora, sólo suplico por sobrevivir un día con tantos seres terrenales. Sólo un día para despechar mi trabajo, hacer las cosas pendientes, realizar mis compras, poner atención, charlar del tráfico, preguntar por las cosas esenciales. El aseo, la comida. Todo eso. Pero no puedo, por Dios que no puedo. No me siento de ninguna parte. Ahora menos. Siento que mis sueños se dispersan…se van. No tengo nada qué hacer aquí. Soñaba con ser poeta (y ya ni eso). No puedo poetizar porque la distancia surreal será mayor. Me ahogo.


- Demente lloro.  Hyndra

Mitología Griega

Me voy a poner a llorar en plena oficina. Me gustan los nombres Artemisa, Apolo, Baco, Afrodita. Algún día publicaré tu libro. Nos parecemos. El reino perdido es un unicornio de color dorado, de color morado (todo menos gris).


Vaya, qué manera de expresarle a Artemisa cuánto la quiso:

Tú en ese espacio te subiste al trono, limpiaste las huellas pasadas y no has permitido que nadie pueda entrar. Algunos tocan la puerta, pero no puedo abrir porque yo no tengo la llave, yo ni siquiera alcanzo el cerrojo. Y entonces lo mantienes intacto, como tu territorio virgen, como una ninfa, como una sultana, como la Diosa Coronada de Florentino Ariza en tiempos de cólera.

No hay otra forma de colocar piedras en el río:

Cada día duele menos, y eso…también duele. Donde no hay esperanza, no hay ilusión, donde no hay ilusión no hay dolor. Eso no es lo que yo quería.

(Voy por más café, me es imposible contener los nervios).

jueves, 5 de noviembre de 2009

Fons et origo 9




Houston Miller (antes Jekyll y Hyde)

No sé cómo se me ocurrió llamarle a mi inner voice “Houston Miller”. Una vez escuché a una amiga llamarle a otra amiga Houston y me pareció un descubrimiento asombroso. Lo de Miller es porque se escucha bonito y porque la verdad, tener un dicurso bipolar resulta aburrido.

Estaba pensando en esto, cuando me encontré a mi misma en un discurso interior:

¿Por qué lloras Houston?

-No sé, por los años, Porque el cuerpo pesa. Porque el cuerpo es sinónimo de contradicción

¿Contradicción de qué Houston?

-Contradicción de todo lo espiritual. Uno ama acérrimo con el cuerpo; libre con el alma. Parece que uno tiende a la tierra, el otro a lo perfecto. Por eso lloro. Por esas batallas que resultan eternas.

-¿Dónde estás parada Houston?

En el centro de la tierra, pero es como un hide and seek.

Se me acaba de ocurrir una excelente idea. El tema de la semana para Café Soluble será: “El niño que llevamos dentro”. Tal vez me acuerde cuando no existían batallas. Jugar a las escondidillas, policías y ladrones; todo eso era un juego de niños. El origen (todo eso era origen)...

Y ahora que de verdad somos cuerpo ¿Qué se le va hacer Houston? Veamos cómo progresamos la próxima semana.    Dejad que los niños vengan  a mi...

lunes, 2 de noviembre de 2009

fons et. origo 8





No me importa de qué color te hayas pintado el pelo. Con tal de que lo tuviera cerca y pudiera olerlo. Estoy tomando té negro y me sabe a nube invisible ¿Ves? Es lo mismo. Me acuerdo de ti por tu sonrisa. Ya he robado mi tesoro: un jardín blanco con la noche encendida y la pequeña ventana de tus ojos. Escucho canciones desordenadas y con todas ellas haría el amor. La que fuera: Dave Graham, Bertie Blackman, P.O.S. In the land of the gravity we are falling. Me parece que hoy bajas del mar y yo en ascenso subo a tu belleza: eres tú, con tu pelo negro azulado. Yo cumplo con cada cita y te mando un beso acalorado.

Mira, he encontrado un texto de Pellicer. Con este me acuerdo de nuestra plenitud
(no estoy segura si es un regreso al origen, o por fin encontré la eternidad):

El grillo conectado
Con quién sabe qué aparato ficticioso
Rebaja el precio del aire plateado
Con su aumento metálico, pequeño y armonioso.
¡Como estas noches hemos visto tantas!
¿Recuerda usted? Y la sombra que canta
Disminuye en estrellas melodías.
Este es aquél silencio
Que cerró los oídos la suprema
Delicia musical y fue perfecto.
¿Recuerda usted? Los lagos en la noche…

Te extraño con Práctica de Vuelo, Horas de Junio (aunque octubre, el azul se ve disuelto).