jueves, 29 de octubre de 2009

El taxista


A posteriori....





The making of, ...  Mexico City.





Y así, como en súbito nos hemos despertado de la muerte

Así, en súbito hemos combatido otra muerte.

Desde el capullo de una germina molécula

- vuelan mariposas O escafandras –

al verso de un rosal en llamas

(Ave de cien vuelos)

hasta el ladrillo de una ciudad obscura

y el alarido de una señora violentada,

semilla sin rociar, niña con voz de anciana.



Pienso en la breve inanición y punto.



Mis ojos traspasan seductores de otras voces

para actuar, vivir, soñar. Mis ojos son el gemido

de un lenguaje que respira estériles alcantarillas.

Mis ojos son el faro público para incendiar las voces callas

hambrientas pupilas de un hogar

u otras moscas que merodean sin cesar.

Tu voz en carne fría quemó mis ojos con un color amarillo pálido.

Tu voz es trastornada por un cielo

cumbre de un sueño con el peso del tiempo.

Por tantas calorías compuestas por los ingredientes del alma,

no logro sentir mi carne,

la breve pesadumbre que ha de caer de un pozo,

hasta chocar contra un muro

cayendo, de abajo arriba, por los lados.



Como el día ha terminado de verse

y tu voz existe ¡Por mi madre existe!

en la mentira interior que ha devuelto la mentira exterior

al tiempo que yo vivía del refinamiento y el recato.

He querido ser yo quien fundiera una segunda piel

después de un secuestro en la calle 12.

He querido una y otra vez escuchar el deleite de mis ojos,

los harapos de la nada tocados por la luz,

empañados en blanco entre las huelgas sin sentido.

He tenido que actuar, vivir soñar.

Mis ojos acidados por un mimo en la calle,

comportan la gentilidad, la lágrima humilde, –sin rencor-,

siguiendo una y otra vez el concreto. Así muchas veces.

He repetido las voces de los otros, por el flujo y reflujo

de un mar vasto. Después de la gente está mi voz,

y ni siquiera esto me sorprende.



Y así, en la escala del 1 al 10 he pensado,

he olvidado de mí las partidas del mundo

y el cero es la indiferencia de mis emociones.

He tenido que actuar, vivir, soñar;

y en la estatua de cualquier monumento,

en la calle de todo héroe,

en la banqueta de un grafitero que tiene más por soñar,

me aproximo a la sentencia de mi muerte:

he tenido que quitarme los ojos,

así de tajo , con aguardiente.

No quiero participar de la seducción de una mujer

que mete en sus bolsillos la prostitución de un hogar,

para que después, lo espere un hijo que crecerá siendo hombre .

Me he quedado pasmado con el recuerdo de la tarde

en azul acuático; para difuminar lo que es real.

Y en los rincones de sueño recogidos,

consigo escribir por fin combatiendo otra muerte.



Tristemente, en la ceniza invisible freno mis pies.

(A obscuras, inerte).

Caigo levemente junto al sonido que aproxima la noche.

Caigo levemente junto a la inútil niebla que respira

sus sabores de azúcar detrás de una iglesia inaudita.

Caigo levemente como si planeara mi muerte.

En la aspiración blanda e infernal de mi alma,

apenas ha volado la mariposa

y mis ojos son como escafandras.

Se abren sigilosamente una última vez a esta ciudad perdida.

Regreso chicharrando a golpe sordo

mientras los dones de un pasajero me conmueven,

no sin después descubrir que todo es teatro,

la vida es teatro.

Miro hacia ti, miro hacia mí.

El intervalo de la hora onerosa.

El taxímetro agotado. He vivido la vida entera.

miércoles, 28 de octubre de 2009

fons et. origo 6



Reconozco, no sé si con nostalgia, la luz inmensa de la vida espiritual. He recorrido con mis dedos la luminosidad de las estrellas. Tuve la fortuna de ver el cielo abierto el fin de semana y sucedió un milagro. Lástima que no poseo una fotografía. Eso sí, me ha gustado la traducción de aquel lenguaje somnífero ¿Should we be dreaming?


Estoy libre y siento que no pudiese gozar más que el vital humanismo,
el privilegio físico y el instinto orgánico.
He querido estar a tu lado y me has enseñado la primera estela.
Amo tus ojos desde ayer,
tu sonrisa pintada con lentejuelas en la arena.
Te robo un sueño de anónimo dormir.
Niño, sombra, Lágrima caliente.
Me orla un faro público; un caminar pausado
y una paz entre la orilla de mi voz y el susurro de una estrella.

Molusquito forever.

jueves, 15 de octubre de 2009

fons et.origo 5

Desde mis ojos –todavía- elocuentes veo una luz que se adormece. Tengo la sensación de haber permanecido así por varios siglos. Vivo persiguiendo una gota de iluminación perfecta; esa misma lluvia cae junto a los sueños. Nada, ni siquiera la lluvia es desgarrable desde su propio dolor. Los recuerdos son imágenes de otras imágenes plegadas.
1.-
Oh vida, he dibujado junto aquel bosque un lagrimar.
He trazado con mis ojos empañados el exilio posible
y un caminar, amo todo lo que súbitamente me abate.
2
Oigo- oyes- pasos.
restros petrificados que levantan la cochambre desde mi cocina.
Migraña. (ta.ra.ra.ro.ra) pam pam
Algo anda mal en mi cerebro cuando escucho pasos.
Hay días con menos flores…
días africanos y otras tedios (coloreando, danzando).
3
Odio los retratos porque disfrazan el futuro de sabernos conocidos.
Amo la fotografía por su espontaneidad.
La primera es imagen plegada; la segunda es el juicio de la vida.
4
Hoy me vi soñando triste.

lunes, 12 de octubre de 2009

fons et.origo 4

Este es un sueño filtrado por mi distracción: resisto la cera caliente de una veladora morada. Me siento en mi cama y veo el reflejo del televisor. Añoro esa ventana que posa fija y no parece alterarse. Quiero dedicarte un poema apropiado, pero todo empezará con “nube” y terminará con “amor”. Hojeo un libro para encontrar una palabra nueva:”la pintura vieja del antepecho blanqueante”. Parece intelectual monotonearme. Este cuarto es una piedra y en algún lado la piedra fue un cuarto con cinco ventanas. Por ahí pasó un caminante que solía escribir poemas.

Fons et.origo 3

Para que descendamos a nuestras palabras, es necesario pensar en colores que se contradigan: la lluvia convalece cuando al fuego arden mis labios; a los tejados se les oye tirar cientos de piedras ¿o serán estelas de agua cayendo lentamente con los años? El cielo es un azul de primavera, pero luce obscuro por un chubasco que inundaron mis manos. He hecho como decía mi madre: “llora sólo cuando yo me muera”. Quizás mis ojos vieron distraídos y pensaron librarse de su peso involuntario. Dejo que la noche sienta hoy por mí, con todo y sus pies largos de memorias y sueños contraídos. Pienso en fundir mi cuerpo con la lluvia y ser esa gota que rocía la tierra. Mañana, pasará la conciencia de una tiernísima nostalgia…

viernes, 9 de octubre de 2009

Fons et. origo 2

Anochezco con luciérnagas. Tengo ojos al frente de toda planicie. Tengo angustia de querer más, soñar más. Hasta que avanzo lentamente y luego retrocedo. Veo un sendero ebrio de montes, pinos, pastos. Sin importar el amén de la borrachera y la culpa de convalecer en este pozo. He recorrido montañas sabiéndome amada. No soy nadie sin incidentes divinos, éstos que me procuran un socorro, una lágrima alegre. Una sonrisa pasa desapercibida y nadie dio cuenta de mi locura. Pero en mi memoria, a veintitrés años de observar el accidente que dio fin a mi inocencia, puedo columpiarme en un parque, agarrar mis patines y bajar una pendiente. Nunca me caí. Hubiera sido hasta casual encontrarme con la inercia y besar sus polvos mágicos.

jueves, 8 de octubre de 2009

fons et.origo 1

Mi vida oculta al tanto de un relente. Me pesan los sueños como quien busca pretoriamente las emociones en el cerebro. Veo los artistas visibles detrás de un bambú de inciensos. ¿Debo dejar la vida cuando sufro más? Al borde de un tedio (que pudiera ser cualquier cosa por su brillo); desde un espejo, un chip, el tin-tin del celular. Aterrizo mis sueños. Voy escuchando el teclado al estancarse el sol duramente contra la noche y me embreñe la angustia de no querer más perseguir el peso. Tengo una sombra relativa. Lo quise todo, apasionada luna que me dio su invierno. Tengo cara de niña. Me escribo 5 años menos que mis arrugas. La vida tan lejos…insisto en nada. Todo me conmueve. Al viento desconocido le sonrío.