Mi vida oculta al tanto de un relente. Me pesan los sueños como quien busca pretoriamente las emociones en el cerebro. Veo los artistas visibles detrás de un bambú de inciensos. ¿Debo dejar la vida cuando sufro más? Al borde de un tedio (que pudiera ser cualquier cosa por su brillo); desde un espejo, un chip, el tin-tin del celular. Aterrizo mis sueños. Voy escuchando el teclado al estancarse el sol duramente contra la noche y me embreñe la angustia de no querer más perseguir el peso. Tengo una sombra relativa. Lo quise todo, apasionada luna que me dio su invierno. Tengo cara de niña. Me escribo 5 años menos que mis arrugas. La vida tan lejos…insisto en nada. Todo me conmueve. Al viento desconocido le sonrío.
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