viernes, 27 de noviembre de 2009

Fons et. origo 13




Me ha envejecido el sol. Has tocado mi espalda y he vuelto por el mismo rumbo: una pequeña escuadrilla de mármol. Llévame a la tierra. Llévame al corazón más íntimo del sol donde pueda calentar mis manos. Mi amante lejos, mi hogar perdido, mi sueño truncado. Mírame y dime si ves los ojos de una niña que apenas corría entusiasmada por perseguir una escalera. Mira si el sueño de princesas ha quedado exclusivo a la burguesita aquella de caireles y piel bronceada. Dime qué clase de ensueño, qué encabronamiento toca el suelo y enajena con bruces mi espalda contra tu cuerpo. Dime qué clase de juego es que estemos trabajando y no hagamos nada más que mirar el tiempo. La verdad  que todo es polvo. Dime qué es la realidad sino el sueño mismo de toparnos con la misma piedra y vestirnos de reflejos.


Me ha rejuvenecido el tiempo. Deseaba que me amaras. Deseaba todo menos sexo. Que nos viéramos un momento y sonriéramos a través de los espejos que dicen conocernos. Has salvado un día de tanto sufrimiento. “Ven y busquemos oro”. “Ven y busquemos una monedita” “Mi hijo es todo”. Se me olvidó decirte que busco la inocencia en lo más recóndito. Cuando pienso en incorporarme ya estoy vertiendo un vuelo. Cualquiera pues, desde un ínfimo hilo que conectará nuestras vidas. Ya verás. Bienvenida a mis ojos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

fons et. origo 12




Sueños de niña

¿Quisiera saber si alguien ha vuelto de la oficina sintiendo claustrofobia? Y si, el café, en cualquiera de sus tamaños, ha provocado ataques de sueño, hasta el punto de ver a la gente transformarse en  diminutísimos caracoles?





Cuando tenía 10 años ya había planeado mi vida. Me propuse un viaje astral en el asiento 10A de mi propio avión. Trabajaría para la CIA o cualquier agencia secreta parecida al Mossad. Del mismo modo, imaginaba el día de mi boda. Me casaría con vestido rojo ¿Por qué no? Si en Asia solían casarse de rojo; es un color más bonito y llamativo. Mi novio hubiera sido un príncipe extraño (nótese las facciones metrosexuales: alto, delgado, artista, deportista, intelectual, sexy, bailarín). Después tendría un labrador negro con ojos azules y una moto deportiva que corriera a mil kilómetros por hora. Lo extraño de todo esto es que las cosas parecían alcanzables de cualquier modo (nótese que llevaba al mismo tiempo el perro, la moto y el novio a mis viajes de negocios).

Lo cierto es que conocí al príncipe extraño, pero nunca me casé con él (ese fue mi primer intento de amor). Después tuve una motoneta que no corre más que a 30 kilómetros por hora (y ahora está descompuesta). Trabajo para HP (ojalá fuera una agencia secreta, pero creo que la marca es más comercial que otra cosa). Lo único que me falta es el labrador negro de ojos azules. ¿Quién me lo regala? Por cierto que todavía deseo una boda con vestido rojo. Aunque no me casara, sería mi sueño guajiro. La novia viste de rojo (excelente cliché).

A lo que voy con todo esto, es que el café hace sentir claustrofobia, hasta el punto de regresar con nostalgia a los sueños más primitivos; de ahí se parte todo. Por ejemplo, he descubierto que sigo queriendo salvar al mundo, pero no lo haré (por supuesto), a través de una agencia de mafias. Quizás dentro de poco diga: las cosas son más fáciles de lo que uno piensa. No se requiere ir a Marte para salvar la humanidad (Ni es necesario, ni es humanamente posible). No es posible tener un novio de esas características que no sea gay (por experiencia lo digo), como tampoco es posible portar un vestido rojo en una boda religiosa. Por eso es que no tengo novio, ni deseo casarme. Después resultó más fácil encontrar mujeres sexy's,  intelectuales, bellas y deportistas. Me falta una fiesta de vestidos rojos y listo. He realizado mi sueño.

martes, 24 de noviembre de 2009

Fons et. origo 11

Retrocesos

Soñé contigo. Ya tiene un año que te mandé a volar (estas fechas me recuerdan el aniversario). Me levanté empapada en sudor y lágrimas. No te he olvidado (eso nunca).  Aunque tampoco nunca te dejaré de amar. Aprenderé una forma sublime para desprender las lágrimas; las heridas que sangran a ratos y sienten el peso inncesario. Perdonaré mi cobardía; no sé qué clase de artimaña corta la comunicación de tajo: "dicen que la distancia y el olvido". En mis sueños te siento cerca y el olvido duele más. No eres la clase de persona que uno suele recordar a ratos. Fuiste un episodio lento y aquí sigo alimentando a nuestras hijas. Quisiera que cesaran mis gritos interiores. Tengo muchas imágenes plegadas…Te extraño a morir.

Lo siento mucho. Siento todo el peso. Todo el cuerpo. Me pesa un kilogramo de plumas (todas las del océano), todas las olas que nadamos en los coralillos de peces dorados. Aún, me hace falta tu voz para llorar las pérdidas. Hay días que te escucho detrás de mis paredes y siento tus latidos conversando. Te veo caminando en la arena (eras una niña con tu sonrisa etérea). Extraño los consejos de tu padre; la espontaneidad de tu hermana; la vanidad de tu madre. Perdí un hogar y no recuerdo cómo traerlo de vuelta. Tengo fragmentos de vida y un telegrama que dice: "No me olvides".




jueves, 12 de noviembre de 2009

Fons et. origo 10


Fuera de lugar

Tengo una sensibilidad de Marte. Mi nombre es: Hyndra, Houston Miller, Ananuk. Tengo tres ranas sin color. Todo el tinte se lo llevó su madre (osea yo). Las nubes que veo son todo menos grises. El unicornio de mi hermana Molusco es morado con cuerno blanco. Un día lo vimos bajar de las estrellas. Lo esperamos desde las 10am acostadas en el pasto. Lentamente se formaron las conflagraciones. Los duendes del Enano también son pequeñitos y chistosones. La tierra que nos fue heredada: “Far far away”.

Vivimos en carne propia el deshielo de Groenlandia. Peregrinamos a Far Far Away, y ese discurso elocuente... Molusco quería su Príncipe Azul, Ananuk quería salvar a África. El Enano soñaba con volar o ser hermoso cisne. Nunca aterricé (por fortuna me acompañan otros 2 tesoros). Ahora no tengo ojos para nadie más. Tengo miedo que alguien me vea con “sospechosismo”. ¿Qué estará haciendo? Vaho. Me enamoré de Papa. La distancia entre el amor terrenal y eterno se dispersa. No es la primera vez que amo. Pero las primeras dos veces fueron eternas. Aquí me desgarro por el cuerpo. Me vuelvo tan desdichada cuando tengo, soy, estoy. ¿Quién oye un sonido de sirena semejante…?

Lo siento, estoy llorando. Papa, recuerda que me conociste queriendo salvar al mundo. Y ahora, sólo suplico por sobrevivir un día con tantos seres terrenales. Sólo un día para despechar mi trabajo, hacer las cosas pendientes, realizar mis compras, poner atención, charlar del tráfico, preguntar por las cosas esenciales. El aseo, la comida. Todo eso. Pero no puedo, por Dios que no puedo. No me siento de ninguna parte. Ahora menos. Siento que mis sueños se dispersan…se van. No tengo nada qué hacer aquí. Soñaba con ser poeta (y ya ni eso). No puedo poetizar porque la distancia surreal será mayor. Me ahogo.


- Demente lloro.  Hyndra

Mitología Griega

Me voy a poner a llorar en plena oficina. Me gustan los nombres Artemisa, Apolo, Baco, Afrodita. Algún día publicaré tu libro. Nos parecemos. El reino perdido es un unicornio de color dorado, de color morado (todo menos gris).


Vaya, qué manera de expresarle a Artemisa cuánto la quiso:

Tú en ese espacio te subiste al trono, limpiaste las huellas pasadas y no has permitido que nadie pueda entrar. Algunos tocan la puerta, pero no puedo abrir porque yo no tengo la llave, yo ni siquiera alcanzo el cerrojo. Y entonces lo mantienes intacto, como tu territorio virgen, como una ninfa, como una sultana, como la Diosa Coronada de Florentino Ariza en tiempos de cólera.

No hay otra forma de colocar piedras en el río:

Cada día duele menos, y eso…también duele. Donde no hay esperanza, no hay ilusión, donde no hay ilusión no hay dolor. Eso no es lo que yo quería.

(Voy por más café, me es imposible contener los nervios).

jueves, 5 de noviembre de 2009

Fons et origo 9




Houston Miller (antes Jekyll y Hyde)

No sé cómo se me ocurrió llamarle a mi inner voice “Houston Miller”. Una vez escuché a una amiga llamarle a otra amiga Houston y me pareció un descubrimiento asombroso. Lo de Miller es porque se escucha bonito y porque la verdad, tener un dicurso bipolar resulta aburrido.

Estaba pensando en esto, cuando me encontré a mi misma en un discurso interior:

¿Por qué lloras Houston?

-No sé, por los años, Porque el cuerpo pesa. Porque el cuerpo es sinónimo de contradicción

¿Contradicción de qué Houston?

-Contradicción de todo lo espiritual. Uno ama acérrimo con el cuerpo; libre con el alma. Parece que uno tiende a la tierra, el otro a lo perfecto. Por eso lloro. Por esas batallas que resultan eternas.

-¿Dónde estás parada Houston?

En el centro de la tierra, pero es como un hide and seek.

Se me acaba de ocurrir una excelente idea. El tema de la semana para Café Soluble será: “El niño que llevamos dentro”. Tal vez me acuerde cuando no existían batallas. Jugar a las escondidillas, policías y ladrones; todo eso era un juego de niños. El origen (todo eso era origen)...

Y ahora que de verdad somos cuerpo ¿Qué se le va hacer Houston? Veamos cómo progresamos la próxima semana.    Dejad que los niños vengan  a mi...

lunes, 2 de noviembre de 2009

fons et. origo 8





No me importa de qué color te hayas pintado el pelo. Con tal de que lo tuviera cerca y pudiera olerlo. Estoy tomando té negro y me sabe a nube invisible ¿Ves? Es lo mismo. Me acuerdo de ti por tu sonrisa. Ya he robado mi tesoro: un jardín blanco con la noche encendida y la pequeña ventana de tus ojos. Escucho canciones desordenadas y con todas ellas haría el amor. La que fuera: Dave Graham, Bertie Blackman, P.O.S. In the land of the gravity we are falling. Me parece que hoy bajas del mar y yo en ascenso subo a tu belleza: eres tú, con tu pelo negro azulado. Yo cumplo con cada cita y te mando un beso acalorado.

Mira, he encontrado un texto de Pellicer. Con este me acuerdo de nuestra plenitud
(no estoy segura si es un regreso al origen, o por fin encontré la eternidad):

El grillo conectado
Con quién sabe qué aparato ficticioso
Rebaja el precio del aire plateado
Con su aumento metálico, pequeño y armonioso.
¡Como estas noches hemos visto tantas!
¿Recuerda usted? Y la sombra que canta
Disminuye en estrellas melodías.
Este es aquél silencio
Que cerró los oídos la suprema
Delicia musical y fue perfecto.
¿Recuerda usted? Los lagos en la noche…

Te extraño con Práctica de Vuelo, Horas de Junio (aunque octubre, el azul se ve disuelto).

domingo, 1 de noviembre de 2009

Fons et. origo 7

A,     J.A.M.B

He viajado al corazón mismo de la gracia. La noche anterior celebré Halloween con un amigo. Nada y nadie nos separa. Lo llevo de la mano por la belleza que resulta elegir nuestro goce de forma independiente. Hemos aprendido a vivir sabiéndonos amados. Visto así, confiamos en el tesoro mismo de una conversación, por la confianza que resulta de los años. Más que eso, han sido los colores que nos caracterizan. Estamos en la sintonía de la risa, del murmullo. Somos observadores innatos. Tenemos un rincón donde nos sentamos para observar al mundo. El efecto de la expansión es claramente visible. Nos vemos a partir del lente de los otros. Nos caracteriza la simpleza. No tenemos mucho que decir. Pero escuchamos…la canción, el baile, la bebida, las parejas. Todo resulta placentero.