domingo, 16 de noviembre de 2008

Audiciones


(M)



Esta droga que entró en mi alma como sueño despierto
Esta nota que desciende un momento con invisible piano
Esta delirante voz, va abriendo la vida como impotente rayo,
de modo que tus ojos se perciben como dos vidrios
reflejos de un profundo océano.

Mis lágrimas; hoy todas se juntaron,
invisibles mares nacen puros de estas sombras,
se desnudan como anhelo
e intactos vuelven a dejar el cielo respondiendo.

Inútil saber si saber si este sonido es un ascenso.

Ni el cuerpo en sí mismo osaría escalar al cielo
para yacer más desnudo que tu voz presa de mi oído.
Y las noches y los tiempos por fin son eternos.
Y el cansancio no hace ruido; tus manos son,
la respuesta que tu boca permita.



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