martes, 5 de agosto de 2008

Espejo malvado


La bondad y la maldad existen, pero en sí, no perpetúan una limitante entre uno y otro (en el ser humano). Hay que caminar en paz...El advenimiento consiste en dejarnos llevar, aceptar que somos hombres (bipolares: con un Hyde y Jekyll dentro); en tal condición necesitamos el motor de una fuerza más primitiva que la nuestra, la Creación. La característica de ésta, como esencia natural es la perfección: el milagro vital. En tanto, nosotros como presagio de la contemplación, nos volvemos a admirar.
El día que escuché por primera vez el término Doppelgänger, gratitud y presencia de mi espejo malva...a la que debo más conciencias que palabras, descubrí la magnitud del ser humano. Virtud de la cual, la humanidad se limita a categorizar ciertos periodos de tiempo, a la vez que se enseñorea de múltiples socializaciones (construcciones). Dos concepciones: lo bueno, en el apartado de lo "sublime"; y lo malo, en relación a lo "infernal e infrahumano". Lo cierto es que nada perece...porque cada uno carga con sus demonios y su cruz.
"Hubiera querido ser ángel pero no demonio". Este concepto del segundo capítulo tiene su propia revelación: no es lo bueno lo que trasciende, sino la inocencia: volver a ser desde el principio: el ser imperfecto pero eterno. Me hubiese querido atrapar en esta benevolente apariencia: entregarme a los "otros" como el acto más noble de la humanidad: ser la otredad en todo tiempo. Pero de nuevo me cayó la lluvia...de nuevo estuve ahí, y mi soledad me culpa, siempre estuvimos condenados...
La noción de la libertad que desdibujo como realidad: cuando mueres renaces. La introspección es valentía: cargamos las heridas de tanto tiempo para renovarnos. Es el espejo el que siempre mira al pasado, pero como marca distintiva que ha de cambiar.

/Mi espejo interior me dice que he de cambiar / cambio / levanto los brazos al cielo / bendigo
las nubes / me marcho y sigo estando en el mismo lugar / cuando nazco muero /muero y renazco….

1 comentario:

Karen Villeda dijo...

¡felicidades!
(ponle en link aquí en el post a tu libro, ¿si se puede, no?)

el desierto malva, el espejo retrovisor, la dualidad.